Importancia de asistir a terapía – Psicología para todos
La importancia de asistir a terapia en un contexto lleno de distracciones digitales
En nuestra sociedad contemporánea, los factores distractores son cada vez más variados y por supuesto, los digitales tienen un gran terreno ganado, a tal punto que podría decirse que están omnipresentes.
Pasando por las redes sociales, las notificaciones invasivas de nuestros teléfonos y relojes inteligentes, hasta por los juegos en línea y las plataformas de streaming, jóvenes y adultos nunca habían tenido tanto acceso a entretenimiento inmediato las 24 horas los 365 días del año.
Sin embargo, el panorama, aunque variado y emocionante para muchos, también ha generado preocupación para otros, debido al claro y significativo aumento en los niveles de estrés, ansiedad y depresión, que por ejemplo en Colombia, de acuerdo con cifras del Ministerio de Salud, 66.3% personas han declarado haber enfrentado algún tipo de problema de salud mental, lo que hace aún más urgente, la importancia de asistir a terapia.
A medida que la sociedad continúa sumergiéndose en un mundo hiperconectado, la salud mental debe verse como un tema crucial de discusión en la agenda de salud pública, y la terapia emerge como un espacio necesario para mitigar el caos interno que las distracciones digitales pueden generar sobre este aspecto.
Distractores digitales y su impacto en la salud mental
No es un aspecto nuevo o del que hasta ahora se esté empezando a hablar, pues prueba de ello han sido incluso, algunos de los aportes que empresas de tecnología han hecho para disminuir el uso de dispositivos como notificar el exceso de consumo de plataformas y aplicaciones; sin embargo, no ha sido un esfuerzo con grandes avances ya que es un tema de autocontrol que se puede omitir en cualquier momento por los usuarios.
Este tipo de distractores no solo están alterando la forma de interactuar con el mundo exterior, sino también las capacidades para conectar con nosotros mismos. La frecuente exposición a redes sociales puede provocar una serie de efectos adversos en la salud mental, como la ansiedad social, la baja autoestima y el agotamiento emocional.
La comparación constante surge como uno de los principales problemas derivados del uso excesivo de las tecnologías como Instagram, TikTok y Facebook, ya que presentan una versión altamente curada de la vida de otras personas a través de símbolos de perfección y cero problemas, lo que lleva a los usuarios a compararse con estándares poco realistas frente al reconcomiendo del cuerpo y poder adquisitivo.
Este tipo de comparaciones banales pueden desencadenar sentimientos de insuficiencia, celos e incluso depresión, especialmente en personas vulnerables.
Dentro de esta narrativa sobre la salud mental, también aparece el estrés informativo como otro factor relevante. La exacerbada abundancia de noticias, alertas y mensajes, y en especial aquellos relacionados con crisis mundiales, políticos polarizados o desastres naturales, tienden a aumentar la ansiedad como un derivado del miedo sobre el porvenir de la humanidad.
Estar expuestos de manera constante a este tipo de informaciones, provoca que las personas estén en un estado de alerta inmediato, lo que interfiere directamente con su capacidad de relajarse y desconectarse hasta de sus rutinas diarias.
La desconexión de uno mismo: ¿un síntoma de la era digital?
En medio de la sobrecarga de información, muchas personas pueden experimentar lo que algunos expertos han llamado como una desconexión interna. Este fenómeno se refiere a la incapacidad de poder estar presentes con nuestras propias emociones, pensamientos y necesidades.
Las aplicaciones de mensajería instantánea, las redes sociales y los contenidos digitales instan a estar siempre ocupados, desplazados entre un estímulo a otro sin detenerse a reflexionar sobre lo que realmente un ser humano está pensando o sintiendo.
La importancia de asistir a terapia entonces se presenta como un espacio de profunda autoconciencia y autocomprensión guiada por un profesional. Al asistir a sesiones en un centro de psicología y terapias, las personas pueden aprender a desconectarse de las distracciones externas para reconectar con sus emociones y pensamientos más íntimos. En lugar de estar constantemente en "modo multitarea", la terapia invita a estar plenamente presentes, algo que es cada vez más difícil de lograr en la era digital de hoy.
El papel de la terapia en el proceso de autodescubrimiento
La terapia no solo es el escenario indicado para hablar de nuestros problemas; también es una oportunidad para el autodescubrimiento. En una época en la que el ruido digital bombardea constantemente, tener un espacio donde poder explorar las emociones sin juicios externos se vuelve esencial. A través de distintos tipos de terapias psicológicas, los profesionales de la salud mental guían a los pacientes con técnicas que los ayudan a procesar sus experiencias, identificar patrones de pensamiento dañinos y sobre todo, pueden trabajar la resiliencia emocional.
Uno de los aspectos más poderosos de la terapia psicológica es la oportunidad de hablar abiertamente sobre temas que muchas veces se minimizan o ignoran en la vida cotidiana, como la ansiedad, el duelo o las relaciones interpersonales que resultan complicadas. Mientras que el mundo digital suele ofrecer soluciones superficiales o fugaces para problemas profundos, la terapia psicológica permite explorar estos temas a un nivel mucho más profundo y significativo.
La terapia psicológica como un refugio frente a la sobrecarga cognitiva
El concepto de sobrecarga cognitiva se entiende como un fenómeno por el cual el cerebro se ve abrumado como consecuencia de la gran cantidad de información que se procesa a lo largo del día. En un contexto digital como el actual, las personas son ampliamente bombardeadas de manera sincronizada por cientos de mensajes, correos electrónicos, notificaciones y actualizaciones multidispositivo. Esto puede dificultar la concentración y la toma de decisiones, generando estrés y agotamiento mental.
Hay que tener en cuenta que estos no son los únicos detonadores para que una persona se diga a sí misma, cuándo debo ir a terapia. Existen otros factores que hacen necesaria la visita a un profesional para tener algún tipo de descompresión mental. Tener la oportunidad de hablar con un terapeuta sobre lo que nos preocupa, permite poder ordenar emociones y pensamientos de una forma que permita que nuestro cerebro descanse y se recupere de dicha sobrecarga.
Las técnicas como el mindfulness o la meditación guiada, que a menudo se enseñan en el ámbito terapéutico, ayudan a los individuos a entrenar su mente para estar presentes, lo cual es esencial en un contexto saturado de distracciones.
La terapia psicológica y la construcción de hábitos digitales saludables
Uno de los mayores retos que enfrentan las personas en la era digital no es saber usar las herramientas y tecnologías como se ha asegurado en diversas ocasiones, sino por el contrario, es la gestión del tiempo que se pasa frente a las pantallas. Las redes sociales, los videojuegos y el entretenimiento en línea están diseñados para capturar la atención y retenerla la mayor cantidad de segundos, minutos y horas posibles. Esto puede llevar a la procrastinación, la adicción digital e incluso el aislamiento social.
Los profesionales en psicología, en este sentido, juegan un papel indispensable al ayudar a personas de todas las edades a redefinir su relación con la tecnología. En terapia psicológica, es posible aprender a identificar cuándo el uso de la tecnología se convierte en un mecanismo excesivo de escape o en una fuente de malestar.
A través de distintos de tipos de terapias psicológicas, según sea el caso, las personas pueden aprender a establecer límites saludables con las pantallas y contenidos, lo cual contribuye a una mejor salud mental.
Los psicólogos y psicólogas también pueden trabajar con sus pacientes para ayudarles a gestionar el estrés que proviene de la vida digital. La gestión de notificaciones, el establecimiento de momentos de desconexión y la creación de rutinas y patrones de comportamiento más equilibradas son herramientas que los profesionales pueden ofrecer para combatir los efectos negativos ocasionados por los distractores digitales.
La terapia psicológica como un antídoto frente al aislamiento digital
A pesar de estar más conectados que nunca, vivimos en una era de soledad creciente. Las interacciones virtuales a menudo no sustituyen las conexiones humanas profundas, y muchos usuarios sienten que las redes sociales les ofrecen una imagen distorsionada de las vidas ajenas.
La falta de contacto físico y la naturaleza superficial de muchas interacciones en línea pueden contribuir a la sensación de aislamiento. La terapia, en cambio, fomenta una conexión auténtica entre el terapeuta y el paciente, lo que puede ser particularmente valioso en un contexto digital donde la soledad emocional es una preocupación cada vez mayor. El acto de hablar cara a cara con alguien, aunque sea en una sesión virtual, puede ser un recordatorio poderoso de la importancia de las relaciones humanas genuinas.
En un mundo saturado de distracciones digitales, la terapia se presenta no solo como una herramienta para tratar problemas de salud mental, sino también como un refugio de paz en medio del caos.
En la terapia, las personas pueden aprender a conectar consigo mismas, a comprender sus emociones y pensamientos, y a construir una relación más saludable con el mundo digital. Si bien las distracciones digitales no desaparecerán pronto, el proceso terapéutico ofrece un espacio para reducir su impacto y recuperar el control sobre nuestra salud mental.
Al final, ir a terapia psicológica es un acto de autocuidado esencial en una época en la que la desconexión con uno mismo es cada vez más frecuente.
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