La resolución de conflictos: cada vez más vital en un mundo poco tolerante

La humanidad ha tenido conflictos entre sí desde tiempos memorables, las razones de su existencia han cambiado y siempre han estado relacionadas principalmente con temas culturales, personales y familiares, pero también, abarcan naturalezas sociales, de estado, ideológicas, raciales, económicas y políticas, entre otras. Las consecuencias de estas diferencias han sido muchas, como desplazamientos, guerras, violaciones de derechos, destrucción de propiedad, dificultades para el desarrollo, etc.

La resolución de conflictos

Es así que, desde hace un tiempo, se ha escuchado una habilidad de alta demanda que toda organización espera encontrar en sus colaboradores, y esta es: la resolución de conflictos, la cual hace referencia a la capacidad de comprender, prevenir e intervenir en la solución pacífica de enfrentamientos o desacuerdos entre dos o más personas, esto basado en conocimientos concretos de ambas partes y buscando ser lo más imparcial posible.

Es tanta la importancia de esta labor, que hoy en día ya es conocida como disciplina y se profundiza en áreas específicas del conocimiento como la psicología y el trabajo social, pero principalmente, es más requerida en el campo del derecho.

Entre los sistemas establecidos para resolver conflictos se encuentran: la conciliación judicial, el arbitraje, propuestas legales vinculantes o no vinculantes, negociaciones y mediaciones. Nuestra sociedad acepta que el conflicto es parte inevitable del ser humano, y que surge como causa y consecuencia de la transformación constante de la sociedad. Sin embargo, es un deber minimizar las consecuencias y quizá transformar esos desacuerdos en oportunidades para el crecimiento y desarrollo común.

La Segunda Guerra Mundial demostró que un conflicto a gran escala puede perjudicar al total de la población, así que es un deber conjunto trabajar en promover esta habilidad; pero sobre todo, en la creación de las herramientas y los mecanismos que sean necesarios para la resolución de conflictos que eviten los actos violentos o las consecuencias de no encontrar acuerdos comunes.

Son múltiples las situaciones que pueden desencadenar en discrepancias, desde disputas conyugales, derechos sobre los hijos, hasta enfrentamientos diplomáticos y militares entre países limítrofes, pasando por conflictos laborales, sindicatos derechos de autor y demandas legales de toda índole.

Para tener mayor claridad en el tema y así dirigir las estrategias en la dirección adecuada, los conflictos se clasifican en: internacionales, interpersonales, ideológicos y religiosos.

La mejor opción para estudiar derecho

En la Corporación Universitaria Iberoamericana, se hace un especial énfasis en esta área, que incluye la exploración del conflicto, el conocimiento de los participantes, las motivaciones de cada uno, las complicaciones comunes e individuales, y en general, el estudio de todo el contexto.

La institución educativa forma profesionales en Derecho con la capacidad de responder a las necesidades globales con una nueva perspectiva, que tiene en cuenta los avances tecnológicos y los fenómenos que provienen de una sociedad cada vez más digital, pero que conservan los mismos ingredientes que siempre han formado conflictos en las relaciones humanas.

Las competencias de sus estudiantes se destacan por los principios éticos y valores que son inculcados para un manejo transparente de la ley, con un pensamiento crítico y habilidades comunicativas y argumentativas que permiten un manejo idóneo en el ejercicio de las ramas ejecutiva, legislativa y judicial.

El Derecho es una de las carreras más estables entre todas las opciones y provee una gran seguridad laboral a los egresados en cuanto son muchos los campos de acción. En La IBERO se hace especial énfasis en promover competencias en materia ambiental y en el análisis de las políticas y la gestión pública.

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